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Foto del escritorIsabel Langa

Teatro infantil para nuestro jardín de infancia bilingüe

El teatro nos brinda la oportunidad de educar de una manera divertida[1] y son muchos sus beneficios en la infancia, aunque a veces podemos preguntarnos: ¿No es un poco pronto para que los niños atiendan una obra de teatro? En nuestros grupos tenemos pequeños de 1 a 6 años, por lo que la duda está justificada. Ahora que contamos con una artista profesional del mundo de las marionetas, hemos decidido indagar un poco más en el asunto.


En este post hablaremos de las ventajas del teatro infantil, refiriéndonos en este caso al role de los niños como expectadores. Resolveremos la questión de la edad adecuada para participar y lo más emocionante, anunciaremos la colaboración del grupo “Golondrina” en nuestro kindergruppe. ¡Allá vamos!


Beneficios de visualizar piezas de teatro infantil


En primer lugar, tenemos que aclarar que el teatro infantil suele tener una característica de la que en ocasiones carece el teatro para adultos: ¡es muy, muy interactivo! La mejor manera de captar y retener la atención de los niños es hacerles partícipes de la historia. No solo eso, sino que es muy probable que haya interrupciones repentinas y la habilidad de improvisación del artista debe estar pulida. Controlar en todo el momento el flujo de la obra a pesar de las emociones desbordantes de los expectadores - que en ocasiones gritarán, se levantarán o no estarán de acuerdo con el personaje - es todo un reto. Dicho esto como comentario apreciativo de los artistas, ¿qué gana el niño?

En primer lugar, aprende a respetar y comportarse en grupo. El niño siente la necesidad de identificar y controlar sus emociones, que por lo general el artista expone abiertamente (“el gusano le roba la manzana al caballito, ¡eso es TAN injusto! ¡Siente mucha rabia!”). Juntos, exploran emociones con situaciones fantasiosas que estimulan también su creatividad e imaginación[2]. Pero la socialización no se detiene ahí, pues deben acostumbrarse a guardar turnos, esperar a que otro niño acabe de hablar y decidir cosas entre ellos. Sus ganas de descubrir el final del cuento, o simplemente de pasárselo bien, son un buen antídoto para la impaciencia y la frustración.


Por supuesto, una ventaja clara es la concentración que adquieren. Su nivel de atención va mejorando según crecen y se familiarizan con el concepto. El teatro nos ayuda a inculcarles buenos valores y les alienta a reflexionar sobre ellos. Juegan con su imaginación, ejercitan el pensamiento y se divierten, ¡todo un éxito!



¿A qué edad pueden seguir una obra de teatro?

Como sería de esperar, un bebé perderá muy pronto el hilo de la historia y se distraerá con otros estímulos cercanos. Si lo tienes sentado en tus rodillas, comenzará a toquetear tu collar, meterá el dedo en los agujeros del pantalón y mirará en todas las direcciones (salvo la del escenario). Es a partir de los 18 meses que aparece el juego simbólico, el momento en el que empieza a representar situaciones de su entorno, ya sean reales o ficticias. A esa edad pretenden que hacen la compra, que acunan a un bebé y más adelante que son agentes de policia.

Su juego evoluciona acorde con el lenguaje y se vuelve más complejo. Los menores de dos años se comunican con palabras clave, a las cuales reaccionan mejor. En nuestro caso, tratándose de pequeños plurilingües, no se puede trazar una línea clara respecto a la edad. Su grado de entendimiento con el idioma que se está representando va a afectar su participación, pero si intercalamos varios idiomas y nos expresamos abiertamente, va a aparecer otra ventaja más del teatro infantil bilingüe: expresividad salvando las barreras del idioma. Esto ayuda especialmente a aquellos con dificultad para comunicarse, ya sea por timidez o torpeza en el idioma principal.


Eva Wassertheurer y su grupo teatral “Golondrina”

Tenemos una noticia estupenda para todos los padres de nuestros grupos centrales de Viena (La Rueda Wasnergasse; La Rueda 2.0 Herminengasse; La Rueda 20.2 – Klosterneuburgerstrasse) porque a partir de ahora, contaremos con la presencia de Eva Wassertheurer una vez a la semana.



Eva es supervisora de grupos infantiles, una viajera empedernida y artista. En realidad, todo eso se queda corto, porque de acuerdo con su biografía ha participado en mil cursos y proyectos artísticos; trabajó como animadora infantil, señora de la limpieza, salvavidas, au pair, camarera, joven músico de banda, profesora, entrenadora, escritora, supervisora de museo, terapeuta de arte, profesora de esquí, “spaghettipromoteurin”, vendedora de artesanías, titiritera y voluntaria en Asia, Sudáfrica y África. Has tenido que coger aire después de leerlo del tirón, ¿verdad?




Eva y su grupo ofrecen tanto teatro de títeres como teatro musical, por lo que podremos disfrutar de sus canciones y coloridas historias durante el Morgenkraise. Una de las obras representadas en los grupos sería “Die Bremer Stadtmusikanten”. No dudéis en leer la premisa. Si os interesa su arte, podéis seguir curioseando su teatro collage, más conceptual.


¡Hasta la próxima!


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