¿Hablar demasiados idiomas dificulta la integración de los niños plurilingües?
En nuestros grupos hay mucha diversidad de nacionalidades e idiomas. Por mencionar algunos, checo, francés, portugués, ruso o polaco se entremezclan con alemán y español. ¿Cómo beneficia esto a nuestros niños? ¿Acaso no es más confuso para ellos? Los pequeños multilingües alternan y mezclan sus idiomas de forma poco comprensible en ocasiones, lo cual puede preocupar a los padres.
Según desarrollan una conciencia del idioma, aprenden a escoger uno u otro, pero la “mezcla de códigos” es normal y, de hecho, fomenta su creatividad al tener que expresarse muy abiertamente, probando que recursos causan efecto en su interlocutor.
Otra preocupación habitual es respecto a la habilidad del niño de desenvolverse en el idioma del país, en nuestro caso alemán. ¿Qué sucede si una niñita es capaz de responder en español e inglés, pero se traba con el alemán? Aunque se pueda pensar que esto le provocará problemas de integración, tenemos que considerar que su aprendizaje no será lineal. Los niños multilingües internalizan poco a poco todos los idiomas, pero será un proceso mucho más largo y con giros inesperados. El multilingüismo, como afirma Linguamulti, requiere mucha paciencia.
Nuestra experiencia con el multilingüismo infantil en La Rueda
Pero basta de teoría, nada mejor que ejemplos reales para ponernos en situación. En los jardines de infancia La Rueda, los pedagogos hablan español y alemán. También contamos con la presencia de personas nativas que vienen a realizar un voluntariado europeo o prácticas, lo cual supone un ayuda incluso mayor. Espera, ¿eso ayuda? ¿personas que son diestras solo en español o en alemán? ¿Cómo?
Pues bien, con los pedagogos habituales, a los que están acostumbrados y en los que confían, los niños utilizan el idioma con el que se sienten más seguros. Un pequeño con padres austriacos se decantará por el alemán y responderá en este idioma, aunque entienda el español. Es natural, porque siempre buscará la manera de ser entendido. Aquí es cuando llega la parte interesante, porque les pedimos a los nativos que utilicen solo uno. En este contexto, se encuentran con pedagogos bilingües, nativos monolingües – al menos aparentemente – y otros compañeros plurilingües. ¡Menudo berenjenal!
En nuestros grupos hemos visto como se adaptan y aprenden. Según avanza su amistad, promovida por juegos sin palabras y el deporte, también aumentan sus ganas de comunicarse. Ellos deciden como salvar las barreras del idioma, en ocasiones de forma original: gestos o sonidos nuevos para expresar imperativos (“¡eso no me gusta!”) o palabras en un tercer idioma (¿de donde sacaron nuestros niños la palabra σκύλος?). Una vez, se inventaron un concepto nuevo: una palabra inventada que significaba que su acción no era aprobada por el resto del grupo. A coro, niños de 3 años gritaban “eso no es saramakuki” y el pequeño que estuviera haciendo una trastada paraba de inmediato, abochornado. ¿De donde procede esa expresión? Tal vez sea una pronunciación errónea de una palabra existente en uno de sus idiomas, pero a día de hoy no hemos podido averiguar de donde ha salido. Brillante, ¿verdad?
Sus técnicas de adaptación, su forma de pensar fuera de la caja y esa habilidad para distinguir que idioma deben utilizar son competencias que están desarrollando a una edad muy temprana. Ellos no toman el camino fácil, pero lo hacen con tal gozo y orgullo que merece cada esfuerzo extra. Si tan solo pudiéramos mostraros el brillo en sus ojos al acertar una palabra en español, hasta entonces extraña, lo entenderíais al instante. El plurilingüismo es una de las mayores ventajas de criarse en Viena, una ciudad con más de 200 idiomas, por lo que continuaremos promoviéndolo.
Un reto compartido
Nuestra directora educativa, Ivana, respondió en una entrevista con Linguamulti a estas cuestiones para su caso personal. Es muy interesante comprobar como se enfrenta al mismo reto: apoyar a sus hijos en el multilingüismo. Os dejamos el link para que podáis descubrir a más familias que salen adelante con la educación plurilingüe de sus hijos en Viena.
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